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Gustavo Santoscoy: el nuevo As del tenis mexicano

Hace 30 años México tuvo su primer gran torneo con el Abierto Mexicano de Tenis, que se desarrollaba en el  Club Alemán en la CdMx. La altura de la Ciudad de México y otros factores originaron que el torneo tuviera que trasladarse al puerto de Acapulco, lo cual fue un acierto. En sus primeros años el  Abierto de Acapulco se jugaba en canchas de arcilla y era una gran oportunidad para tenistas argentinos y españoles especialistas en tierra batida. De esta forma vimos ganar a tenistas como  Agustín CalleriJuan Ignacio ChelaNicolas AlmagroPablo Horna, quienes si bien es cierto no fueron irrelevantes, tampoco llegaron a brillar en alguna otra arena de importancia.

En sus inicios en Acapulco la Final se jugaba el domingo con sol y, en muchas ocasiones, ante dos jugadores desconocidos, por lo que muchos espectadores, ante el hecho de tener que regresar a laborar el lunes optaban por vender y, en ocasiones, rematar sus boletos para el día que se supone debería ser el más importante del torneo.

Con el tiempo, el Abierto de Acapulco evolucionó: la Final se empezó a jugar el sábado por la noche, se abandonó la idea de combinar el  Draw de hombres y mujeres, ya que el de las mujeres era de un nivel muy inferior a comparación con el de los hombres (quitaba muchos partidos en el estadio principal), pero sobre todo, el gran cambio llegó cuando a partir de 2014 se empezó a jugar en canchas duras.

Jugar en esta superficie permitió que en lugar de contar con un Draw con una mayoría de tenistas especializados en arcilla que venían de jugar toda una gira previa en polvo de ladrillo en  Sudamérica, fuera sustituido ahora por las principales raquetas del mundo que querían llegar bien preparados para los  Masters 1000 de Indian WellsMiami.

De esta forma, y después de muchos cambios, el Abierto de Acapulco se convirtió en  uno de los mejores torneos del mundo, pero para llegar a esto se necesitaron muchos años, sacrificios y cambios constantes.

Cuando se analiza todo esto, la apuesta para cualquier otro empresario de iniciar una travesía igual lucía poco probable y de un enorme riesgo, ya que prácticamente les tomó una generación a los organizadores del Abierto de Acapulco el llevarlo al nivel que tiene ahora.

Por todo lo anterior es digno de admiración la historia de Gustavo Santoscoy, un visionario empresario, quien en menos de cinco años ha construido un imperio en el mundo de tenis femenil a nivel profesional.

A partir de 2019 Gustavo Santoscoy comenzó con un  WTA125 en  Zapopan, dos años después en el 2021 ya tenía un  WTA250 y consiguió lo inimaginable tener un  WTA FINALS, que no es otra cosa que juntar a las ocho mejores tenistas del mundo en el torneo que coloquialmente se le conoce como el  MASTERS FINAL.

Para el 2022 y 2023, Santoscoy trajo a México por primera vez un 1000, algo que para que el lector pueda tener una mayor referencia, solo existen nueve en el mundo ( MontecarloShangaiIndian WellsMiamiParisMadridRomaTorontoCincinnati en la rama masculina) lo cual implica contar en la misma semana con los mejores 50 tenistas del mundo.

Hoy por hoy Gustavo Santoscoy ha realizado absolutamente todas las categorías que puede tener un torneo profesional de mujeres, ya que ha hecho 125, 250, 500, 1000 y el  WTA FINALS en dos ocasiones (de hecho el último   WTA MASTERS FINAL se llevó a cabo en 2023 Cancún, dándole una enorme proyección a la Rivera Maya). Ahora sí que lo único que le faltaría sería un  Grand Slam, algo que es imposible porque están totalmente definidas sus sedes a nivel histórico ( AustraliaRoland GarrosWimbledon y el  US Open ).

Manejar tantos torneos de diferentes categorías le ha permitido a Gustavo Santoscoy tener un margen de negociación importante para poder otorgar los famosos WILD CARD a jugadoras promesa de diferentes partes del mundo, lo cual además de los seis torneos que maneja al año  Gustavo Santoscoy, le da condiciones para solicitar uno o más en otras partes del mundo.

Consciente de este enorme poder de negociación, Gustavo Santoscoy sabe que sí tiene una tenista mexicana que destaque a nivel profesional puede tener un imán de taquilla, tal y como lo es hoy  Checo Pérez para el mundo del automovilismo. Es por ello qué para el  WTA500 que tuvo esta semana que acaba de terminar en  GuadalajaraSantoscoy lanzó un programa piloto que fue un éxito rotundo:  EL FUTURE STARS.

¿Qué es el Future Stars ? Es ni más ni menos que la realización de  un torneo de invitación de las cuatro primeras sembradas a nivel nacional, más cuatro cartas de invitación, a  futuras promesas del tenis femenil que hoy se destacan en la categoría de 12 y 14 años y menores.

Estas 16 tenistas, vivieron la misma experiencia o dinámica que tienen las profesionales cuando juegan un torneo de esta categoría: las hospedaron en un hotel de cinco estrellas con los alimentos incluidos, con transportación hotel-estadio-hotel todos los días, tuvieron acceso ilimitado al comedor y a la zona de estancia de jugadoras dentro del complejo tenístico sede del torneo, así como a la zona VIP contigua al estadio principal que les permitía ingresar pero no sólo a la zona de palcos, sino a nivel de cancha, literal junto a los  entrenadores de las jugadoras que competían en ese momento.

Ya a nivel deportivo o de competencia, las futuras stars del deporte jugaron en las mismas canchas que se utilizaron para el torneo, con boleros, juez de silla con micrófono y con la tecnología de “ojo de halcón” permanente, ya que el WTA500 de Guadalajara es el único torneo en toda  América Latina que no utiliza jueces de línea sino que toda la marcación de pelotas se hizo de manera automatizada.

Y por si todo esto fuera poco, la campeona y finalista de cada categoría fueron premiadas en las mismas condiciones que lo tuvieron las profesionales: en el estadio principal con público, con su trofeo, sombrero de charro mexicano, fuegos artificiales y a la par de las ganadoras del torneo de dobles.

Y para la premiación de la gran Final de singles, estas futuras campeonas estuvieron en la cancha junto a las autoridades, organizadores y patrocinadores del torneo, saliendo en televisión a nivel nacional e internacional.

¿Qué niña que vivió esto a sus 10, 12 o 14 años no va ahora a esforzarse al máximo por este sueño que durante toda su etapa previa solo pudo ver en televisión? Gustavo Santoscoy fue muy cuidadoso para que no hubiera una sola diferencia entre lo que tenían las profesionales y las “future stars”, llegando inclusive al extremo de ingresarlas a las instalaciones por el estacionamiento exclusivo de jugadoras, con chofer y vehículos de la organización, así como ser asistidas con sus maleteros de raquetas y ropa por personal de staff.

Y si a esto le sumas que además fueron entrevistadas para ESPN con la mismísima  Carolina Guillén de  ESPN, que convivieron con  José Luis Clerc, el famoso  “Batata”, quien no se cansó de ser abordado por todos los aficionados para que hiciera su famoso grito de  “Qué lindooo” y que pudieron entrenar al lado de  Renata Zarazúa, la mejor tenista mexicana en estos momentos.

El compromiso de Gustavo Santoscoy es replicar este concepto de  Future Stars  en los años subsecuentes para que en un lapso de cinco o seis años pueda tener a una de estas pequeñas como una realidad recibiendo su primer  Wild Card para un torneo de esta envergadura, y porqué no decirlo, estar lista y preparada para ganarlo.

Si Gustavo Santoscoy hizo maravillas con el  Future Stars  imagínense lo que fue el torneo a nivel profesional. Con una logística de reloj suizo, los aficionados que estuvieron la semana pasada en Guadalajara vivieron más que un partido de tenis una experiencia en todos los sentidos. Había partidos desde la mañana hasta la noche, para terminar todos los días con un concierto en su área  FEST.

Y como dije anteriormente, Gustavo Santoscoy hizo en menos de cinco años lo que a otros les ha tomado una generación o una vida. Y es solo el comienzo, imagínense lo que nos depara el futuro para todos los amantes del tenis en México.

De victorias y derrotas, 2024

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No siempre se puede ganar: lo que nos dejó el US Open 2024

Después de una final de alarido en los Juegos Olímpicos, el mundo del tenis apostó a que Carlos Alcaraz tendría su revancha en la final del US Open contra Novak Djokovic; sin embargo, ambos fueron eliminados en la segunda y tercera ronda del último Grand Slam del año.

¿Qué le pasó a estos dos fenómenos del tenis? ¿Influyó el desgaste emocional de la final de los Juegos Olímpicos? Es difícil hacer una aseveración que defina el porqué con exactitud y aunque todo quede en meras suposiciones, hay un hecho que es innegable: no siempre se puede ganar.

¿Cómo le puedes pedir a un jugador que esté a su 100 por ciento físico y mental durante las 52 semanas del año, durante cinco o diez años sin parar? Es probable que si Alcaraz o Djokovic no hubieran ido a los Juegos Olímpicos ambos hubieran tenido una mejor preparación para el US Open, partiendo de entrada de una simple premisa: el US Open se juega en canchas duras y los Olímpicos se realizaron en tierra batida. Los tres medallistas olímpicos en singles fueron eliminados en la primera semana, mientras que Jannik Sinner, el flamante campeón del US Open 2024, no asistió a la justa olímpica aduciendo temas médicos.

Este US Open 2024 también nos dejó la enorme fragilidad que puede existir, hasta en los mejores tenistas del mundo, del quiebre emocional en un momento dado. Frances Tiafoe tenía todo para ser finalista del último Grand Slam del año, con dos sets a su favor, sacaba 4-3 en el cuarto set, 40/15. En los dos últimos sets ni siquiera había tenido punto de quiebre en su servicio, los comentaristas ya daban por hecho que Tiafoe sería el primer afroamericano, después de Artur Ashe, en instalarse en una final del US Open, cuando de repente, todo cambió.

De estar a un punto de colarse 5-3, Frances Tiafoe hizo dos dobles faltas seguidas y, a partir de ahí, dejó de competir, perdiendo nueve de los últimos diez games (siete de ellos de manera consecutiva). De acariciar la gloria y ser considerado el nuevo fenómeno del tenis estadounidense, Tiafoe quedó como un muy buen tenista sin cabeza y débil en los momentos importantes.

No sé si Tiafoe vuelva a tener una oportunidad como la que dejó ir. Junto con Paula Badosa, quien en otras circunstancias también dejó ir un 5-1 a su favor en el segundo set, o Muchova que tuvo punto para 6-1 y 3-0 y de ahí le revirtieron el marcador y la dejaron fuera en la semifinal de mujeres, cada vez es más notorio que hasta los mejores tenistas del mundo pueden paralizarse en una cancha de tenis y dejar de competir de un instante a otro.

Todo esto ha sido una gran lección para nuestros niños y jóvenes. Más aún cuando los profesionales ya pueden recibir “coaching” y ni así les ha permitido revertir el hoyo en el caen en un momento dado.

¿Cómo pedirle a un niño que no se caiga en un momento de frustración, si seguimos impidiendo el “coaching” en edades tempranas que es cuando más se necesita, porque están en su periodo de formación?

Hoy por hoy el mundo del tenis está reducido a un grupo de 150 jugadores, máximo, que están en condiciones de competir de manera regular en la ATP. Los llamados “futures” y “challengers”, aunque están dentro del circuito profesional, son eventos que pasan prácticamente desapercibidos al no ser televisados y no contar con jugadores llamativos para los organizadores.

De esta manera, podemos decir que sí de un universo de 10 mil a 20 mil jugadores en el mundo practican el tenis de una manera competitiva, el 98 por ciento no podrá vivir del tenis de una manera digna o decorosa. Los que están del ranking 120 al 400 prácticamente sobreviven de sus ganancias para seguir únicamente en el circuito. A los 16, 18 o 21 años puede no representar mayor problema vivir así, pero si cinco o diez años después te sigues manteniendo en este tipo de torneos con bolsas mínimas de ganancias, es posible que el jugador termine optando por otra opción de vida.

Por ello es importante dejarles saber a los niños y adolescentes a que se enfrentan en la actualidad pero también a que lo harán en el futuro. Restringir su formación en aras de un resultado o marcador que en etapas infantiles es prácticamente irrelevante, no los hará mejores tenistas en el futuro.

Sería preferible dotarlos en toda su etapa temprana de una formación integral en donde podrán llegar mucho más sólidos cuando se inserten al profesionalismo. Si Badosa que fue dos del mundo, Alcaraz que ganó Roland Garros y Wimbledon de manera contundente este año, o Tiafoe que jugaba en casa con 20 mil personas apoyándolo colapsaron mentalmente en este US Open 2024, ¿Qué podemos esperar de un niño de 12 años que lo dejan aislado en una cancha durante tres horas en un reñido partido?

COMO COROLARIORenata Zarazúa se convirtió en la primera tenista, desde Angélica Gavaldón, que se le pone al tú por tú a las mejores tenistas del mundo en un Grand Slam. Aunque perdió en la segunda ronda contra la ex número uno del mundo Caroline Wozniacki, Zarazúa vendió cara la derrota y será una gran atracción para el WTA 500 que se está llevando a cabo esta semana en Guadalajara, Jalisco, bajo la dirección de Gustavo Santoscoy.


Importante

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión
y no necesariamente reflejan la postura editorial de Oaxaca Informa.

Si hubiera sido una final a tres de cinco sets, no se sí Djokovic hubiera podido agenciarse el tercero ante un fenómeno de 21 años como lo es Carlos Alcaraz. Pero Novak Djokovic jugó el partido de su vida bajo la premisa de que tenía que jugar perfecto dos sets y lo logró. Ahora ya no le queda nada por conquistar: A sus 37 años Djokovic alcanzó el único título que se le había negado en su carrera: el oro olímpico.

No es que Djokovic lo necesitara perse, porque el tenis fue excluido de las Olimpiadas desde 1924 hasta Seúl 1988.

En Seúl 1988 solo asistió un tenista entre los primeros ocho del ranking mundial, ganándoloMiloslav Mecir , quien su mejor resultado en un Grand Slam fueron unas semifinales en Australia. En 1992 el oro fue para Marc Rosset , quien su mejor resultado en Grand Slam fueron unos Cuartos de final en Australia. En Atenas 2004 la victoria fue para el chileno Nicolás Massú , quien también su mejor resultado en Grand Slam fueron unos cuartos de final en Australia.

Esto quiere decir que desde 1988 y hasta antes de la victoria de Rafael Nadal en Beijing 2008 , el oro en el tenis solo lo pudieron conquistar dos ganadores de  Grand Slam en 20 años ( Andre Agassi en Atlanta 1996Yvegeny Kafelnikov en Syndey 2000 ).

A partir de 2008 fue cuando el tenis tomó otra dimensión en la justa olímpica y, desde entonces, los ganadores han estado entre los primeros tres puestos del ranking mundial como lo fue con Nadal en Beijing 2008Murray en Londres 2012 y Río 2016 , así como  Zverev en Tokio 2020.

Por eso considero que es errónea la apreciación de que Djokovic necesitaba el oro olímpico para ser considerado ahora sí  el mejor tenista de la historia. Por mucho, estadísticamente ya lo era. Más bien podríamos decir que era algo que Djokovic sentía que se lo debía a su país.

Independientemente de ese debate, lo que sí podemos afirmar es que esta necesidad, construida o no, le permitió a Djokovic elevar su nivel más allá del límite. Del lado de  Alcaraz , es el tenista más joven en jugar una final de tenis olímpica, por lo qué no obstante la frustración natural que debe sentir el español,  Alcaraz debe considerar qué si llega a jugar a la misma edad de Nole, tiene otras cuatro olimpiadas para alcanzar el oro olímpico, a diferencia de  Nole que estaba en su última oportunidad.

¿Qué lección nos deja el partido de hoy para nuestros niños y jóvenes atletas? Por principio de cuentas que cada partido es distinto y que no porqué hayas perdido la última o las últimas veces contra un adversario, significa que no puedas ganar.

Apenas hace unas semanas, Alcaraz había ganado  Roland Garros y Wimbledon , este último torneo venciendo con suma facilidad los primeros dos sets al propio  Djokovic. En el papel, inclusive podríamos afirmar que el gran favorito era el español, y que pocos llegaron a dudar de que la medalla de oro terminaría en España.

¿Cuántos niños cuándo les preguntas contra quien van en un torneo, te contestan que ante determinado rival, a quien no podrán vencer porque han perdido las últimas veces? O, en su caso, creen que tiene la victoria asegurada, porque han vencido a su oponente las últimas veces.

Siempre he pensado que cuando el nivel es muy parejo entre dos contrincantes, va a ganar el que controle mejor sus emociones en los momentos importantes y, por supuesto, el que tenga mayores deseos de ganar, porque al final sus habilidades deportivas son muy similares.

Djokovic sabía que no iba a tener otra oportunidad, era ahora o nunca y eso lo llevó a luchar cada punto al límite. En el 4-4 del primer set,  Alcaraz tuvo varios break point para irse 5-4 y el saque, pero  Djokovic sabía la trascendencia de ese juego, por lo que luchó a morir, salvando todos los break point que tuvo en contra.

En el tie break del segundo set, cuando iban 2-2, Djokovic realizó un winner de derecha cruzado que le dio la ventaja de 3 a 2 después de un gran intercambio de golpes, a partir de ese momento, Djokovic se adueñó del partido y Alcaraz no volvió a ganar un solo punto, y sí por el contrario, tuvo errores no forzados.

¿Significa que Alcaraz no es tan bueno como se creía? Por supuesto que no. Alcaraz es un fenómeno que a cualquier otro tenista sobre la faz de la tierra hubiera vencido en esta final. De diez veces que se enfrentaran este año iba a ganar nueve, la única que no iba a poder ganar era la final de estos  Juegos Olímpicos , porque ahí está el verdadero ejemplo de lo que significa desear algo con todas tus fuerzas, y ese deseo brutal en esta ocasión nadie se lo podía quitar al serbio.

En una clase un alumno le preguntó al maestro si era bueno que los niños compitieran a temprana edad. El maestro contestó: “Por supuesto que sí, solo hay que saber explicarles a los niños que en el deporte hay un vencedor y un vencido, si no existiera este supuesto, no se llamaría deporte sino únicamente actividad física. La diferencia está en que a los niños se les enseña de manera equivocada que el vencedor es el bueno y el perdedor es el malo, y no es así. Cuando hay competencia, los dos son muy buenos, porque los dos son muy competentes en lo que hacen , porque han sabido desarrollar habilidades específicas para poder competir, eso es lo que hay que decirles a los niños, y que simplemente en ese día, en ese momento, le toco a uno de los dos, ganar.”

Esto fue lo que pasó en esta cardiaca final de tenis de los Juegos Olímpicos. Tuvimos a dos enormes competidores, que nos hicieron vibrar de principio a fin, pero como es la esencia pura del deporte, sólo podía haber un vencedor, aunque los dos jugaron de manera excepcional.

Por primera vez me tocó ver lagrimas sinceras en ambos jugadores. Djokovic que se quitó su festejo arrogante de hacer como que toca el violín con su raqueta, lo cual en nada lo ayuda porque solo lo hace ver como burlón y arrogante (aunque se lo dedique a su hija, que nadie lo entiende), y  Alcaraz , quien en las entrevistas posteriores no pudo contener más la frustración del dolor de la derrota, como le sucedió hace un año en el Masters 1000 de Cincinnati ante el propio Djokovic.

Me gustaría compartir las palabras que le mandó decir Rafael Nadal a Carlitos Alcaraz después de su derrota. Cito textual:  “Carlos, aunque sé que hoy es un día difícil valora una medalla que es muy importante para todo el país y verás, con el tiempo, que para ti también. Gracias por esta semana increíble y por una medalla que nos regalas al deporte español. Un abrazo".


Estas palabras las podrían repetir muy bien los padres a sus hijos, cuando en más de una ocasión no consigan la victoria que esperaban. Hasta la próxima.

COROLARIO. Si se necesitaba un ejemplo más de lo que significa la confianza en un deportista, ahí está el caso de  Noah Lyles , el ahora  campeón olímpico de 100 metros , quien sin ganar ningún heat eliminatorio, y sin ser su mejor prueba, se llevó el oro olímpico por apenas cinco milésimas de segundo ante el jamaiquino y gran favorito:  Kishane Thompson.

COROLARIO. Primero le tocó contra  Alexander Zverev en la primera ronda de  Roland Garros y después contra  Novak Djokovic en la segunda ronda de los  Juegos Olímpicos. Cuando no tienes siembra ni buen ranking son los contrincantes que te suelen tocar en las primeras rondas de cada torneo.  Nadal sufre ahora lo que vivieron todos sus rivales en los últimos 18 años: el no poder ir poco a poco dentro de un torneo, sino  ir al matadero prácticamente desde un principio. Afortunadamente  su vida económica está resuelta, pero para todos aquellos que les toma años ingresar a un  main draw , solo para que te toque un  Djokovic en la primera ronda debe ser muy frustrante. De ahí tantos  retiros prematuros de aquellos jugadores que nunca pudieron pasar de los primeros 200 del mundo.

De victorias y derrotas, 2024

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El oro de Djokovic y su lección para los niños

Para Michele Castelán Radosevich.

Si hubiera sido una final a tres de cinco sets, no se sí Djokovic hubiera podido agenciarse el tercero ante un fenómeno de 21 años como lo es Carlos Alcaraz. Pero Novak Djokovic jugó el partido de su vida bajo la premisa de que tenía que jugar perfecto dos sets y lo logró. Ahora ya no le queda nada por conquistar: A sus 37 años Djokovic alcanzó el único título que se le había negado en su carrera: el oro olímpico.

No es que Djokovic lo necesitara perse, porque el tenis fue excluido de las Olimpiadas desde 1924 hasta Seúl 1988.

En Seúl 1988 solo asistió un tenista entre los primeros ocho del ranking mundial, ganándolo Miloslav Mecir, quien su mejor resultado en un Grand Slam fueron unas semifinales en Australia. En 1992 el oro fue para Marc Rosset, quien su mejor resultado en Grand Slam fueron unos Cuartos de final en Australia. En Atenas 2004 la victoria fue para el chileno Nicolás Massú, quien también su mejor resultado en Grand Slam fueron unos cuartos de final en Australia.

Esto quiere decir que desde 1988 y hasta antes de la victoria de Rafael Nadal en Beijing 2008, el oro en el tenis solo lo pudieron conquistar dos ganadores de Grand Slam en 20 años (Andre Agassi en Atlanta 1996 y Yvegeny Kafelnikov en Syndey 2000).

A partir de 2008 fue cuando el tenis tomó otra dimensión en la justa olímpica y, desde entonces, los ganadores han estado entre los primeros tres puestos del ranking mundial como lo fue con Nadal en Beijing 2008, Murray en Londres 2012 y Río 2016, así como Zverev en Tokio 2020.

Por eso considero que es errónea la apreciación de que Djokovic necesitaba el oro olímpico para ser considerado ahora sí el mejor tenista de la historia. Por mucho, estadísticamente ya lo era. Más bien podríamos decir que era algo que Djokovic sentía que se lo debía a su país.

Independientemente de ese debate, lo que sí podemos afirmar es que esta necesidad, construida o no, le permitió a Djokovic elevar su nivel más allá del límite. Del lado de Alcaraz, es el tenista más joven en jugar una final de tenis olímpica, por lo qué no obstante la frustración natural que debe sentir el español, Alcaraz debe considerar qué si llega a jugar a la misma edad de Nole, tiene otras cuatro olimpiadas para alcanzar el oro olímpico, a diferencia de Nole que estaba en su última oportunidad.

¿Qué lección nos deja el partido de hoy para nuestros niños y jóvenes atletas? Por principio de cuentas que cada partido es distinto y que no porqué hayas perdido la última o las últimas veces contra un adversario, significa que no puedas ganar.

Apenas hace unas semanas, Alcaraz había ganado Roland Garros y Wimbledon, este último torneo venciendo con suma facilidad los primeros dos sets al propio Djokovic. En el papel, inclusive podríamos afirmar que el gran favorito era el español, y que pocos llegaron a dudar de que la medalla de oro terminaría en España.

¿Cuántos niños cuándo les preguntas contra quien van en un torneo, te contestan que ante determinado rival, a quien no podrán vencer porque han perdido las últimas veces? O, en su caso, creen que tiene la victoria asegurada, porque han vencido a su oponente las últimas veces.

Siempre he pensado que cuando el nivel es muy parejo entre dos contrincantes, va a ganar el que controle mejor sus emociones en los momentos importantes y, por supuesto, el que tenga mayores deseos de ganar, porque al final sus habilidades deportivas son muy similares.

Djokovic sabía que no iba a tener otra oportunidad, era ahora o nunca y eso lo llevó a luchar cada punto al límite. En el 4-4 del primer set, Alcaraz tuvo varios break point para irse 5-4 y el saque, pero Djokovic sabía la trascendencia de ese juego, por lo que luchó a morir, salvando todos los break point que tuvo en contra.

En el tie break del segundo set, cuando iban 2-2, Djokovic realizó un winner de derecha cruzado que le dio la ventaja de 3 a 2 después de un gran intercambio de golpes, a partir de ese momento, Djokovic se adueñó del partido y Alcaraz no volvió a ganar un solo punto, y sí por el contrario, tuvo errores no forzados.

¿Significa que Alcaraz no es tan bueno como se creía? Por supuesto que no. Alcaraz es un fenómeno que a cualquier otro tenista sobre la faz de la tierra hubiera vencido en esta final. De diez veces que se enfrentaran este año iba a ganar nueve, la única que no iba a poder ganar era la final de estos Juegos Olímpicos, porque ahí está el verdadero ejemplo de lo que significa desear algo con todas tus fuerzas, y ese deseo brutal en esta ocasión nadie se lo podía quitar al serbio.

En una clase un alumno le preguntó al maestro si era bueno que los niños compitieran a temprana edad. El maestro contestó: “Por supuesto que sí, solo hay que saber explicarles a los niños que en el deporte hay un vencedor y un vencido, si no existiera este supuesto, no se llamaría deporte sino únicamente actividad física. La diferencia está en que a los niños se les enseña de manera equivocada que el vencedor es el bueno y el perdedor es el malo, y no es así. Cuando hay competencia, los dos son muy buenos, porque los dos son muy competentes en lo que hacen, porque han sabido desarrollar habilidades específicas para poder competir, eso es lo que hay que decirles a los niños, y que simplemente en ese día, en ese momento, le toco a uno de los dos, ganar.”

Esto fue lo que pasó en esta cardiaca final de tenis de los Juegos Olímpicos. Tuvimos a dos enormes competidores, que nos hicieron vibrar de principio a fin, pero como es la esencia pura del deporte, sólo podía haber un vencedor, aunque los dos jugaron de manera excepcional.

Por primera vez me tocó ver lagrimas sinceras en ambos jugadores. Djokovic que se quitó su festejo arrogante de hacer como que toca el violín con su raqueta, lo cual en nada lo ayuda porque solo lo hace ver como burlón y arrogante (aunque se lo dedique a su hija, que nadie lo entiende), y Alcaraz, quien en las entrevistas posteriores no pudo contener más la frustración del dolor de la derrota, como le sucedió hace un año en el Masters 1000 de Cincinnati ante el propio Djokovic.

Me gustaría compartir las palabras que le mandó decir Rafael Nadal a Carlitos Alcaraz después de su derrota. Cito textual: “Carlos, aunque sé que hoy es un día difícil valora una medalla que es muy importante para todo el país y verás, con el tiempo, que para ti también. Gracias por esta semana increíble y por una medalla que nos regalas al deporte español. Un abrazo".

Estas palabras las podrían repetir muy bien los padres a sus hijos, cuando en más de una ocasión no consigan la victoria que esperaban. Hasta la próxima.

COROLARIO. Si se necesitaba un ejemplo más de lo que significa la confianza en un deportista, ahí está el caso de Noah Lyles, el ahora campeón olímpico de 100 metros, quien sin ganar ningún heat eliminatorio, y sin ser su mejor prueba, se llevó el oro olímpico por apenas cinco milésimas de segundo ante el jamaiquino y gran favorito: Kishane Thompson.


Importante

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión
y no necesariamente reflejan la postura editorial de Oaxaca Informa.

De victorias y derrotas, 2024

Leer más…El oro de Djokovic y su lección para los niños

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La tragedia de la derrota en los niños… y en los papás Parte 2

La tragedia de la derrota en los niños… y en los papás Parte 2

Para mis queridos Pedro y Nora.

En la columna pasada empecé a hablar del dolor de la derrota en los niños a la hora de competir y cómo puede impactar hacia su futuro deportivo; sin embargo, por falta de espacio no pude ahondar más. En esta segunda parte trataré un tema en específico, a expensas de abocarme en otros en columnas posteriores.

La premisa la columna pasada fue: A edades tempranas lo más importante es la actitud y no el resultado. ¿Por qué? Primero, porque en categorías infantiles el resultado muchas veces obedece más a otros factores que van más allá de que un niño sea o vaya a ser mejor que otro.

Pongo un ejemplo. La competencia en el tenis en México a nivel infantil y juvenil se maneja por categorías bianuales (10, 12, 14, 16 y 18 años y menores) para tomar el parámetro de la edad se toma el año de nacimiento. Esto significa que para la Federación da igual si tu hijo nació en enero o diciembre, lo importante es el año en que nació.

Por eso los jugadores que nacen en los primeros meses del año siempre tienen más ventaja que los que nacen en los últimos meses del año, ya que los primeros juegan todo el año con la edad que ya cumplieron, y los segundos juegan todo el año con la edad que van a cumplir a final de año pero que durante todo el año nunca tuvieron.

Si a esto le añades que la categoría no es por año, sino por cada dos años, pues es obvio que siempre los jugadores que estén en su primer año de esa categoría tienen una desventaja natural (se conoce como “año malo”) y si a eso le sumas que además de estar en su “año malo” nacieron en los últimos meses del año (se le conoce como “mala fecha”), pues todavía la desventaja es mayor.

Los que están en su “año malo” tienen la ventaja de que el siguiente seguirán en la misma categoría y que todos aquellos que estaban en su segundo año o “año bueno”, tendrán que subir de categoría, por lo que siempre se termina diciendo que el primer año es para sembrar o aprender y el segundo año para cosechar o ganar.

Aún así no importa que estés en tu primer año, las derrotas siempre duelen, pero si a eso le sumas que si estás en tu primer año, y además eres de los últimos meses y te estás enfrentando a un niño que está en su “año bueno”, y además de eso nació en enero y tú en diciembre, pues ya la diferencia de edades se fue a dos años.

Dos años más de escolaridad, dos años más de entrenamiento, dos años más de motricidad, coordinación, fuerza física, madurez, etc. Bajo ese parámetro no hay punto de comparación y las probabilidades indicarían que el que es dos años más chico le toca perder.

Hay libros que señalan que esto es una gran ventaja para los niños nacidos en los primeros tres meses del año, porque les permite competir en condiciones siempre más favorables que las de sus oponentes y, por lo mismo, poder situarse en los primeros lugares del ranking al tener mayores opciones de avanzar en los torneos que participan durante toda su vida infantil y juvenil.

El riesgo para estos pequeños atletas nacidos en los primeros tres meses del año es que esta ventaja no dura para siempre y cuando se empieza a equilibrar la parte física, y comienzan a perder con jugadores a los que toda la vida les ganaron, es cuando empieza a afectarles mucho la parte emocional o anímica. (“Cómo perdiste con fulanito si siempre le habías ganado y hasta lo dejabas en cero”, “Ya no soy tan bueno como creía porque a los que siempre les gané ahora me ganan, etc).

Otra desventaja que tienen todas estas victorias que se obtienen muchas veces por una buena fecha (los nacidos en los primeros tres meses del año) y ante rivales hasta dos años menor, es que estos jugadores crecieron sin tener mayor competencia, y es evidente que la única manera de crecer deportivamente hablando es midiéndote contra los mejores.

Por ello, todos los jugadores más chicos que durante toda su infancia y adolescencia se enfrentaron contra rivales mucho más grandes y fuertes que ellos, y que por ende perdieron la mayoría de las veces, al paso del tiempo esas derrotas los hicieron mucho mejores competidores que los que ganaban de pequeños de manera muy fácil.

Con esto no pretendo descalificar a los nacidos en los primeros tres meses del año, ni justificar a todos los que nacieron los últimos tres meses del año. Gabriela Sabatini a los 12 años ya ganaba la categoría de 18 años. Nadal a los 16 años le ganó a Carlos Moyá, quien había sido Número 1 del ranking mundial. Esto es, para los grandes atletas da igual el mes en el que hayan nacido, pero para los niños que están empezando a competir, no deben tomarse tan en serio el marcador en los torneos que participen de pequeños.

Es más importante no rendirse y querer seguir mejorando que colgar un trofeo o medalla en la sala de tu casa, cuando el mismo niño sabe que no le representó mayor esfuerzo el conseguirla. Lamentablemente muchos se dejan llevar por el canto de sirenas y creen que tienen más talento del que realmente poseen y esas victorias en lugar de hacerlos trabajar más, los llevan a una zona de confort.

Por el otro lado, para esos pequeños campeones que jamás se rindieron y trabajaron muchísimo más para derrotar a sus “némesis” de la infancia y adolescencia, la mayoría de las veces terminan jugando y compitiendo con muchísimo mayor nivel que sus rivales de pequeños.

Por eso el mensaje a los papás es que no deben fijarse tanto en los resultados de sus hijos, sino en su evolución a lo largo de todo este periodo de iniciación y especialización. Hasta los 14 años lo más importante no será la victoria o la derrota, sino que no dejen de practicar el deporte que aman por un tema de frustración ante la derrota o hartazgo ante el entrenamiento o la competición.

Si a los 15 años siguen compitiendo y entrenando con la misma alegría, ilusión y pasión que cuando tenían 8 años, entonces ustedes papás hicieron lo correcto. Las victorias y derrotas de antes serán solo anécdotas y bonitos recuerdos para platicar cuando se esté en familia y con los amigos.

COROLARIO. Primero le tocó contra Alexander Zverev en la primera ronda de Roland Garros y después contra Novak Djokovic en la segunda ronda de los Juegos Olímpicos. Cuando no tienes siembra ni buen ranking son los contrincantes que te suelen tocar en las primeras rondas de cada torneo. Nadal sufre ahora lo que vivieron todos sus rivales en los últimos 18 años: el no poder ir poco a poco dentro de un torneo, sino ir al matadero prácticamente desde un principio. Afortunadamentesu vida económica está resuelta, pero para todos aquellos que les toma años ingresar a un main draw, solo para que te toque un Djokovic en la primera ronda debe ser muy frustrante. De ahí tantos retiros prematuros de aquellos jugadores que nunca pudieron pasar de los primeros 200 del mundo.


Importante

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y no necesariamente reflejan la postura editorial de Oaxaca Informa.

De victorias y derrotas, 2024

Leer más…La tragedia de la derrota en los niños… y en los papás Parte 2

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