Otumba se vistió de gala para celebrar la edición 60 de su emblemática Feria Nacional del Burro. Este municipio del Estado de México, un santuario del jumento, volvió a rendir homenaje a este animal entrañable protagonista incluso hasta en la Biblia, y que ha sido compañero de labores del hombre, símbolo de identidad rural y hoy también, especie en peligro de extinción.
En esta edición miles de asistentes de pueblos aledaños y visitantes de todo México se congregaron para vivir esta celebración única en el mundo. El evento más esperado, sin duda, fue el tradicional concurso de disfraces, donde el ingenio popular brilló sin límites. “Burros Piñatas”, del pueblo de Cuautlacingo, se coronaron como los favoritos, cubiertos de papel multicolor.
Le siguieron en las premiaciones “Pegaso y Canasta de flores”, y el deslumbrante “Pavorreal”, que agitó su gran abanico verde entre aplausos.
Esta celebración es una manifestación de identidad, fusionando elementos tradicionales con actividades recreativas para toda la familia. Entre las actividades destacadas de la feria se incluyen amenidades que combinan destreza ecuestre y diversión.
Otumba es nada menos que sede de Burrolandia, el único santuario en Latinoamérica dedicado a la preservación del burro; fue fundado en el año de 2006 y resguarda actualmente a 97 ejemplares rescatados y vive gracias al esfuerzo de su comunidad, sin apoyo oficial.
Es conocido como "El Pueblo Mágico de los Burros", su población también se ha reducido considerablemente. menos de 80 ejemplares”.
El éxito de Burrolandia es tal que cada mes unas 800 personas visitan este lugar, convirtiéndolo en un centro de educación y resistencia frente al abandono de esta especie.