Santiago Juxtlahuaca celebró su carnaval, que refleja la riqueza cultural y la identidad del municipio, cuyas tradiciones se han fortalecido a lo largo de las décadas como una muestra viva de la historia del pueblo de raíces mixtecas y mestizas.
Cientos de personas se reunieron en las adornadas calles para celebrar con orgullo la cultura del pueblo en un carnaval que resalta la música, el baile y la comunidad, como expresiones que se unen para honrar las raíces.
La celebración arrancó el 1 de marzo y concluyó el día 4, como la mayoría de carnavales del estado y el país; hubo danzas, como la del Barrio de Santo Domingo y en los días siguientes diversos barrios del municipio se unieron a los festejos con recorridos por la iglesia y el panteón municipal, así como en las casas de las 11 mayordomías.
El llamado Día Grande del Carnaval de Santiago Juxtlahuaca comenzó con una calenda de cierre, organizada por la Regiduría de Usos y Costumbres del Barrio de Santo Domingo; la jornada continuó con el tradicional Juego de la Harina, en el que se coloca este producto y flores sobre las cabezas de los asistentes como muestra de respeto, alegría y convivencia.
Se presentaron las danzas tradicionales y los asistentes de todas las edades disfrutaron de comida y bebidas tradicionales, para después trasladarse al Palacio Municipal de cara al cierre del carnaval.
Chivarras y maestros mascareros
Santiago Juxtlahuaca, de casi 40 mil habitantes, se destaca por ser cuna de grandes maestros mascareros y de las chivarras, indumentarias particularmente necesarias en la ejecución de la danza de Los Diablos, una tarea que igual involucra a artesanos, talabarteros, músicos tradicionales y escultores.
Hay otras danzas que son toda una marca registrada en la región: Los Chilolos, Los Chareos, Los Santiagos, Los Rubios y Las Mascaritas.
Origen de la danza de Los Rubios
Aunque la más llamativa de las representaciones es la danza de Los Diablos, lo cierto es que la danza ceremonial es la de Los Rubios, que se ejecuta entre sones y tiene su origen en el siglo XIX, cuando los ganaderos ganados contrataban arreadores para que trasladaran a sus animales en las regiones Mixteca, Sierra Sur, Costa, pero también hasta Puebla y de regreso; en el trayecto los arrieros se entretenían entre descansos bailando y echando versos.
En esta danza hay una lucha entre El Jaguar y Mahoma. En la interpretación de algunos nativos, El Jaguar era el dios de los mixtecos y Mahoma era el extranjero. Según la representación, conforme pasó el tiempo, los españoles le fueron cambiando el rostro al dios de los ñu´u savi, hasta convertirlo en un diablo, para que las personas se convirtieran en cristianas.
Danza de Los Chareos: significado
En el Carnaval de Santiago Juxtlahuaca también se ejecuta la danza de Los Chareos, que muchas otras es una representación de la interacción con los españoles invadores en el siglo XV.
Una de las partes más importantes de la danza de Los Chareos es la lucha entre El Jaguar y Mahoma; el Jaguar es la representación del espíritu de un dios mixteco y Mahoma el de uno extranjero. Habrían sido los propios españoles los que con el paso de los años modificaron el rostro al dios mixteco hasta convertirlo en un diablo, para incentivar a que las personas se convirtieran al cristiano.
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