Kim Sae-ron, joven actriz surcoreana conocida por sus papeles en series de Netflix como Perros de caza o Besos y presagios, fue hallada muerta en su casa de Seúl en la tarde del pasado domingo.
El cadáver de Kim, de 24 años, fue descubierto por un amigo que había visitado su casa para encontrarse con ella. Y, tal como señalaron fuentes de la comisaría de Seongdong a los medios locales, todos los indicios que recabó la policía señalan que la muerte de Kim fue un suicidio.
La estrella, que en su día fue una prolífica actriz infantil, tenía una de las carreras más prometedoras del país, apareciendo en varias producciones de Netflix, hasta que un incidente por conducir ebria en 2022 dio al traste con su imagen pública.
La actriz estrelló su coche contra una barandilla y un transformador, cortando la electricidad a decenas de empresas cercanas durante varias horas, según la agencia de noticias Yonhap, que informó de que sus niveles de alcohol superaban el 0,2 por ciento. En Corea del Sur, conducir con una tasa de alcohol superior al 0,03 por ciento se considera delito de alcoholemia.
Kim fue multada con 20 millones de wones (más de 13 mil euros) y se enfrentó a una dura reacción en redes sociales por parte del público y también de influencers, que criticaron su comportamiento por imprudente.
Así, y a pesar de ofrecer disculpas públicamente, después de esa condena por conducir bajo los efectos del alcohol su cancelación fue casi inmediata y desde entonces Kim no volvió a participar en ninguna producción.