El 6 de noviembre del 2000 fue develada en La Habana, Cuba, una estatua monumental de Benito Juárez en la llamada Avenida de los Presidentes, la antigua famosa Calle G, aunque muchos locales le siguen llamando así.

Este homenaje al Benemérito de las Américas fue realizado en mármol y refleja a Juárez con su característica imagen austera, severa y preponderante; se trata además de una réplica de la que fue colocada frente a la sede del Congreso de Oaxaca, estado natal de quien fuera Presidente de México, entre 1858 y 1872.

Así como la estatua de Juárez hay otras efigies en esta avenida, como las de Salvador Allende (Chile), Eloy Alfaro (Ecuador), Omar Torrijos (Panamá) y Simón Bolívar (Venezuela).

También en Habana existe el Museo Casa Benito Juárez, que incluye una estatua del líder mexicano en su patio, donde también existe una fuente que se cuenta fue traída de Querétaro. Este museo fue inaugurado en una casa restaurada el 31 de octubre de 1988.

La apertura del museo se realizó por iniciativa del historiador Eusebio Leal, con la presencia de Fidel Castro y el Presidente de México, Miguel de la Madrid (1982-1988).

Es importante recordar que el 25 de mayo de 1853 el entonces presidente Antonio López de Santa Anna decretó el destierro de Benito Juárez, por lo que el Benemérito de las Américas fue enviado a Xalapa, posteriormente llegó específicamente a San Juan de Ulúa, y por último es expulsado a La Habana, Cuba. Más tarde arribó a Nueva Orleans, Estados Unidos, antes de volver triunfante a Veracruz en 1859.

Benito Pablo Juárez García nació el 21 de marzo de 1806 en Oaxaca y murió el 18 de julio de 1872 en la Ciudad de México. De origen indígena, fue un abogado, político y figura decisiva en la actual configuración de lo que hoy es México. Una frase suya se hizo célebre: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.