El nuevo Papa lanzó un “llamado a la paz” a “todos los pueblos” e instó a “construir puentes”, a través del “diálogo”, avanzando “sin miedo, unidos, dando la mano a Dios y dándonosla entre nosotros”.
Se llama Robert Francis Prevost, de 69 años, habló en italiano y luego cambió al español, recordando sus muchos años como misionero y luego como arzobispo de Chiclayo, Perú. El 267 pontífice de la Iglesia católica nació en Chicago, pero también tienen la nacionalidad peruana.
El sucesor del Papa Francisco enfrentará numerosos desafíos internos, como la pederastia en la Iglesia, la crisis de vocaciones y el papel de las mujeres, y externos, como los conflictos, el auge de gobiernos populistas y la crisis climática.
El nombre de Prevost surgió del mayor y más internacional cónclave de la historia de la Iglesia, que reunió en la Capilla Sixtina a 133 cardenales electores procedentes de cinco continentes y unos 70 países.
Miles de personas esperaban ya en la plaza cuando, poco después de las 18 horas en Roma la salida de la fumata blanca empezó a surgir de la chimenea de la Capilla Sixtina, la más observada del mundo desde el miércoles por la noche.
Las miles de personas congregadas en la plaza ondeaban banderas de Brasil, Chile, Polonia, Colombia, Italia; algunos lloraban; otro gritaban "¡Viva el papa!". Muchos llegaron corriendo para unirse a la celebración.
Robert Francis Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 in Chicago, Illinois, Estados Unidos; se desempeñó arzobispo obispo emérito de Chiclayo, Perú; asumió el cargo a los 70 años.
En el año de 1977 ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín en la provincia de Nuestra Señora del Buen Consejo, en San Luis, de acuerdo con el sitio vatican.va. El 29 de agosto de 1981 emitió sus votos solemnes. Estudió en la Unión Teológica Católica de Chicago.
A los 27 años la Orden lo envió a Roma para estudiar derecho canónico en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino (Angelicum).
En 2014 el Papa Francisco lo nombró administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo, Perú, elevándolo a la dignidad de obispo y asignándole la diócesis titular de Sufar. Fue obispo de Chiclayo desde el 26 de noviembre de 2015; en marzo de 2018 asumió el cargo de segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana y fue nombrado miembro de la Congregación para el Clero en 2019 y de la Congregación para los Obispos en 2020.